El Segadors (III)

Acabaré aquí el trabajo sobre el himno catalán, habiendo demostrado sin lugar a dudas su milenaria y venerable historia, del mismo modo que supongo se sobrentiende, que la nación catalana, como ente político y social no es como nos quieren hacer creer un invento decimonónico. El entramado social y político que da cuerpo a una nación ya estaba establecido en Cataluña mucho antes que en cualquier estado moderno de la actual Europa. La cultura, sociedad y devenir político de Cataluña fue decisivo para la creación de lo que hoy por hoy constituye la Europa moderna, y fue la exportadora de valores sociales imprescindibles en el mundo actual.
Del mismo modo, y a modo de introducción, disertaré sobre el tan manido tema de Cataluña y Aragón como reino, sobre la importancia de las denominaciones en la historia y sobretodo de la importancia de la aportación a nivel cultural y social de la nación exportadora más allá de la mera nominación geográfica.
Decir que Cataluña pertenecía al reino de Aragón es lugar común en el mundo académico, no admite matices, pero los tiene. Aparte de las ineludibles cuestiones dinásticas, que apuntan claramente a una dinastía catalana, formularé una pregunta, ¿quién aportó más, quien engrandeció a quién en esa unión?
Sin desmerecer los méritos de la corona aragonesa tengamos en cuenta que uno de sus reyes, Alfonso I, legó en testamento todos sus reinos a la Orden del Temple, los templarios ¿qué oscurantismo?, ¿qué dejación de responsabilidad empuja a un gobernante a actuar así?
Siendo pragmático deduzco que la grandeza a la corona aragonesa le sobrevino al iniciarse la dinastía catalana. Una vez más, como ocurrió con los monarcas godos, el hecho nominal no tenía relevancia para el pueblo catalán, lo importante era la innegable mejora y expansión del hecho diferencial y la cultura autóctona, la nuestra.
Abundando  más en el tema infiero, si la corona aragonesa (aragonesa solo de forma nominal) pesaba mucho más que la castellana, no solo en territorio sino económicamente, al unirse en un solo Estado, ¿no sería lógico que ese Estado portase el nombre de su más importante aportador...?
Dicho esto y lógicamente sólo queda una respuesta al silogismo planteado, España como unificación política de varios reinos, debe su grandeza a Cataluña, por lo tanto identificar lo "español" con lo castellano es un error, Cataluña es España mucho más que Castilla, y aun demostraré que la grandeza  del imperio español fue otorgada por Cataluña y sus esforzados habitantes. Dicho de otro modo, Cataluña no es España, si no España es Cataluña.
Después de la breve introducción, aceptada la premisa del peso e importancia de Cataluña dentro de la unificación de los reinos hispánicos, llegamos al momento clave de la expansión como imperio: el descubrimiento de América por Cristófor Colom, l´Almirall de Catalunya.
Existe cierto misterio sobre sus orígenes, no se sabe a ciencia cierta si nació en Barcelona o en Calella, pero lo cierto es que era catalán, y que saliendo de Pals descubrió un nuevo mundo para honra y grandeza del Gran Imperio Catalán. El himno entonces decía:

Catalunya des de Pals
Amb l´almirall farem l´Amèrica
navegant cap al ponent,
fins a l’or de l´azteca
bon cop de falç, bon cop de falç
farem llegenda negra
bon cop de falç

(Lenyenda del Tzompantli de Texinxaran)

Conseguida la consolidación territorial en la península, con las nuevas tierras descubiertas, comienza la dinastía de los Austrias, con todo lo que ello significa para Cataluña.
El ninguneo político, la opresión, la agobiante presión fiscal y el maltrato al pueblo desembocó a mediados del siglo XVII en la revuelta de los pageses, el Corpus sangriento y la guerra que da contexto a la letra del himno actual.
Y así comienzan los siglos de colonización, con la abierta intención de ahogar al pueblo catalán y su peculiar idiosincrasia comienzan las oleadas de colonos castellanos a ser transportados a Cataluña, y cuando esto no funciona se bombardea literalmente sus ciudades, se les recortan las libertades, se derogan sus ancestrales fueros, se niegan los derechos básicos, y lo peor de todo, se empieza una campaña de desprestigio en toda España contra todo lo catalán, así el catalán se convierte en un traidor, en un egoísta, en un avaro, en un extranjero hostil... dando pie a todos los tópicos de sobra conocidos hoy en día.
Y aquí acabo este humilde homenaje a un himno milenario que, a través de la historia, ha unificado y enardecido a todos aquellos catalanes, ilustres o anónimos, que han hecho posible que Cataluña fuese lo que fue, y sea lo que será: una unidad de destino en lo universal. Me perdonarán la cita, pero no existen palabras más apropiadas para definir el futuro que todo catalán sueña y sabe que será realidad.